Consideraciones a propósito del Referendo del 2 de diciembre de 2.007
PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES (VENEZUELA)
Estos resultados son interpretados falsamente por los sectores de la burguesía, como “la forma intuitiva de decir no” al Referendo Constituyente, por parte de un grueso número de votantes que manifiestan así su miedo al “socialismo totalitario” que Chávez intenta imponer en el país, según difunden los propagandistas de derecha. Pero esa derecha calla el hecho de que, en tal caso, más del 50% de los electores votó por el sí o la abstención, es decir, que la mayoría, están de acuerdo con la propuesta “hacia el socialismo” por diversas interpretaciones de él: porque dicho sistema es justo, porque representa el fin de la explotación capitalista o porque sería el comienzo de un sostenido desarrollo social y nacional etc.
Algunos sectores del sector chavista, por su parte, catalogan los resultados como revés político electoral, causado por la “inmadurez de las masas” al no comprender éstas el proyecto socialista del presidente Chávez, entre otras razones. Otros sectores del movimiento bolivariano minimizan estos resultados.
Por nuestro lado creemos que estos cambios no son puntuales, que hay que analizarlos con una mayor profundidad para tomar previsiones correctas y avanzar con buen pie en las futuras luchas populares, pacíficas o no pacíficas, que se avecinan.
En los procesos electorales pasados, la abstención era catalogada de “histórica” y nos hacían creer que siempre sucedía, que se mantendría en el tiempo como algo natural, algo que siempre estaría allí, invariable sin reflejar los cambios de las fuerzas ni la lucha de clase existente. Lo cierto es que durante 25 años, a partir de 1958 hubo una alta participación en las elecciones, que fue mermando en la medida que se multiplicó el clientelismo, la represión burguesa y la corrupción, lo cual sucedía a la misma velocidad que las ganancias provenientes del petróleo garantizaban una actividad económica boyante.
Los beneficiarios de esto fueron los sectores tradicionales de la burguesía venezolana, las empresas trasnacionales y una amplia élite política, que ajustaba las estrategias del gobierno de turno a los designios del FMI y del Banco Mundial, conduciendo al país a un progresivo endeudamiento y a un agravamiento de la descomposición económica-social. Todo esto alimentó un inmenso rechazo a las cúpulas socialdemócratas y socialcristianas que alternaron en el poder hasta 1998.
A partir de 1999, el gobierno de Hugo Chávez abordó planes sociales de salud, educación, vivienda etc., impulsando una serie de medidas que a través de las Misiones constituyeron paliativos alentadores para el momento. En estos planes, el gobierno bolivariano contó con la solidaridad fraterna de
Sin embargo, el pasado 2 de diciembre apareció de nuevo la “abstención histórica” ¿Cuáles fueron las causas?
El presidente Chávez ha mantenido un discurso radical anticapitalista, en el que habla de las necesidades e intereses de las grandes mayorías pobres de Venezuela, revelando su intención de transitar al “Socialismo del siglo
No ha habido cambios de estructura en la política económica del gobierno bolivariano, que sigue siendo la misma, a pesar de la adquisición en dólares por parte del Estado, de ciertas empresas importantes, privatizadas por el punto fijismo, caso de la electricidad y de
Aunado a lo dicho, se observa con preocupación, la permanencia de importantes problemas sociales que aquejan a los venezolanos, desde los tiempos de la “cuarta república” e incluso desde los tiempos de la colonización monárquica española. La falta de una política nacionalista integral que liquide los monopolios capitalistas, redistribuya socialmente su propiedad y arranque una industrialización nacional en gran escala, que solucione permanentemente el asunto de desempleo, la inflación y las importaciones desmedidas; la incapacidad manifiesta de importantes funcionarios del Estado en puestos claves de la economía, y la acumulación de capitales en forma de “corrupción”, entre otros problemas, no permiten dar respuestas acertadas a dichas calamidades, incluso dentro del propio Capitalismo, a pesar de los formidables ingresos petroleros que entran diariamente a las arcas del país.
Es innegable, que muchas de las causas abstencionistas del Referendo pasado, están en el corazón de estas contradicciones políticas. No se pueden explicar estas cosas, cargándole posiciones políticas equivocadas a las masas que pasarían a ser los chivos expiatorios del problema. El tal “totalitarismo”, atribuido por la derecha a Chávez, no es esencialmente una crítica contra Chávez venida “de abajo” sino de los laboratorios imperialistas. El pueblo más bien clama por medidas enérgicas, duras, contra la derecha golpista y ha condenado permanentemente la impunidad por parte del gobierno.
De alguna manera estos resultados, indican al movimiento revolucionario los vacíos y límites políticos de la ideología nacional democrática venezolana, debilidades de una ideología no proletaria que actúa en medio de una fuerte confrontación nacional antiimperialista, cuya base histórica es una encarnizada y polarizada lucha política entre el capital como ente explotador y el trabajo como ente explotado. Los primeros y en general identificados para el caso con el “no”; los segundos, también de conjunto, con el sí y la abstención.
Dada la alta sensibilidad social de la situación política venezolana, del interesante momento en que se encuentra el proceso revolucionario y su gente y especialmente por la particular posición a asumir por el movimiento marxista leninista en esta contienda, debe considerarse en profundidad todos y cada uno de los aspectos que influyeron en dichos resultados, para evaluar con prontitud en el marco de la mayor objetividad posible, las causas reales que motivaron la perdida o derrota en el mencionado Referendo Constitucional del 2007.
Paso básico y elemental si en lugar de la crítica formal, hecha para salir del paso y evadir las responsabilidades propias, la idea es buscar soluciones reales y tangibles, ahondando los hechos por muy crudos que estos sean, aplicando con igual sentido quirúrgico, las medidas correctivas necesarias para avanzar y curar las heridas. Es decir, para dar con la salida exacta para la necesaria transformación de la sociedad venezolana, en una sociedad sin explotadores e independiente como nación, no sometida al vasallaje del imperialismo anglo-norteamericano, ni a ningún imperialismo y la explotación del capital. Manteniendo ese espíritu presentamos la parte II de nuestro análisis.
2. Mantener presente este principio, es fundamental para la profundización, desde el punto de vista de clase del proceso revolucionario en Venezuela. Sin esa consideración de hecho el Antiimperialismo y el Socialismo no pasarán de ser caricaturas electorales. En el mejor de los casos, no expresaran más que las buenas intenciones de algunos revolucionarios, que como bien se sabe, de buenas intenciones están empedradas las calles del infierno.
3. Sin embargo los proyectos de reforma no tomaron en cuenta estos fundamentos, y así fue, previamente advertido por los marxistas de aquí y del exterior, sus propuestas no rebasaron el marco capitalista, que era la novedad necesaria para avanzar, no digamos que hacia el Socialismo revolucionario sino hacia una visión antiimperialista del momento.
2.- Después de los resultados del Referendo del 2 de diciembre de 2007, el punto quedó más claro para los revolucionarios y las masas avanzadas del proceso, en disposición de seguir los ejemplos históricos de
En el caso del artículo 70 sobre los Consejos laborales y otros vinculantes con el tema, los trabajadores cuestionaban que tales Consejos suplantaban constitucionalmente y de hecho –por la actividad contractual del Ministerio del Trabajo- la vigencia de los Sindicatos, vulnerando el artículo 90 de la propia Constitución bolivariana, que los reconoce como organización de la clase obrera.
En el caso del 303, por su carácter privatizador de la industria petrolera, al impulsar las empresas mixtas con el capital imperialista en varios niveles claves de dicha industria. Nuestra proposición aquí es que se reconozca constitucionalmente la validez histórica de los Sindicatos como instrumento de lucha de la clase y que se elimine la segunda parte del 303 por su apertura privatizadora hacia las filiales y Asociaciones estratégicas petroleras.
Fue este otro factor negativo influyente en los resultados de esa especie de “voto castigo” de las masas, que dejo abierta la sensación de que el Ejecutivo ni
7.- El protagonismo de las comunidades, de los grupos, movimientos sociales y populares, ha sido confiscados por la burocracia. La autonomía popular se ha visto mediatizada por los paracaidistas, por el mandato del dedo y la burocracia a todos los niveles. Desde algunas esferas gubernamentales se inmoviliza políticamente a las masas, distrayendo su acción en un tareísmo vacuo, apolítico y necio, dirigido a llenar los record administrativos de los funcionarios y no para consolidar la conciencia revolucionaria, ni para hacer de las instituciones del Estado organismos funcionales del proceso revolucionario.
Cualquier crítica inmediatamente, el sectarismo y los triunfalistas bolivarianos, la califican de opositora, de salta talanquera y “escuálida”, con el respaldo automático de los seguidistas en el seno de algunos batallones. No se investigan los hechos ni se hace un debate ideológico necesario. Solo se califica. Esto ha hecho perder el espíritu revolucionario de calle de las grandes masas, que en sus inicios acompañaba siempre al gobierno bolivariano, permitiendo a la derecha penetrar en los barrios, caso de la entrada de los bandidos de Primero Justicia y
La mala gestión pública, no ha llenado las expectativas de las reivindicaciones de fondo del pueblo venezolano, contribuyendo al incremento de la abstención. Se dice que algunos de ellos jugaron a favorecer el “no” en silencio.
Mucha gente tiene la sensación que los planes no arrancan, no se ejecutan lo programas o no se ejecutan debidamente los proyecto; los recursos del estado están en los banco privados alimentando a los banqueros apátridas y golpistas. Esto lo aprovecha por mampuesto, la derecha local y el imperialismo
El desabastecimiento, el acaparamiento y
Se baja el IVA pero la burguesía monopolista sube los precios a su antojo; aumenta el salario mínimo, pero igualmente suben los precios; llega diciembre y de ñapa con el Bolívar Fuerte y los precios por las nubes; aparece una lista de precios regulados y va la estampida de precios. Los capitalistas simplemente se burlan de la falta de autoridad existente.
Argumentar de esa manera, no solo es apresurado e incorrecto sino prepotente. En verdad el pueblo “no le debe” al gobierno bolivariano, ni al PSUV, ni a nadie. Ha pagado “sus facturas” con sangre durante cincuenta años. Pero en cambio ciertas políticas de este gobierno nacionalista, si “les deben” algo al pueblo, por lo menos unas cuantas reivindicaciones de fondo que no ha cumplido y algunas otras cosas de las que ya hablaremos.
Recordemos por ejemplo que las masas obreras, comunales y campesinas derrotaron toda una cadena de conspiraciones contra el proceso y el gobierno, incluyendo el terrible golpe cívico-militar de abril-diciembre del 2002-2003, que derrotó y secuestro por 48 horas al Presidente Chávez. El Presidente y el proceso revolucionario volvieron a la escena gracias a la poderosa insurrección popular del 12 y 13 de abril, faena nada pacífica que costó al proletariado más de 130 muertos y 300 heridos, aparte de un millar de agresiones, decenas de asesinatos, de acciones terroristas y el infame paro petrolero y empresarial de larga duración, animado, organizado y dirigido por FEDECAMARAS-VENEMCHAM codo a codo con los últimos adecos y copeyanos de
Consumada y derrotada la ofensiva del fascismo criollo ¿cómo respondió el gobierno nacional democrático?
Perdonando a los terroristas y golpistas burgueses, respetando la propiedad monopolista de la burguesía implicada en dichos actos, incluso la banca –muy activa en tales menesteres- declaró excelentes ganancias durante los meses del paro empresarial (¡!). La burguesía no pagó pues sus culpas, por contrario siguió desestabilizando y conspirando impunemente hasta el mismo 2 de diciembre, día del Referendo Constituyente, envalentonadas sus hordas con el “no” al Referendo Constitucional.
Valga advertir al lector desprevenido, que se trata de la misma burguesía y los mismos líderes reaccionarios y golpistas del 2002-2003, de los mismos acaparadores, los persecutores de revolucionarios en el efímero gobierno de Carmona Estanga, los ejecutores intelectuales de más de seis mil muertos en los años sesenta y de otros miles en las masacres del Amparo, Yumare, el Caracazo y otras matanzas, es decir, de los miles banqueros, comerciantes, curas, militares e industriales reaccionarios, infiltrados hasta los tuétanos en el Estado nacionalista, desde donde se burlan en la cara de las bases populares. ¿No es ese un factor de indignación en las grandes masas que “algo” tuvo que ver con la abstención y algunos casos con el no?
El movimiento revolucionario debe buscar las causas de que se hayan abstenidos 3 millones de votos en un año, más adentro del proceso que “fuera” de él. Debe además hacerlo con modestia y profunda autocrítica, sin amenazas ni autosuficiencia fuera de lugar, actuando a tiempo. A los marxistas leninistas y al movimiento proletario en general le toca un gran papel en esa dirección, diríamos que el papel principal y no hay mejor manera de entender esto, que comenzar por la crítica en nuestras propias filas, en las filas de los socialistas.
Porque también tiene su cuota de responsabilidad la confusión ideológica y el oportunismo activo que priva en el interior de importantes corrientes socialistas, del campo revolucionarios en su conjunto. La conducta vergonzante de unos cuantos marxistas y comunistas venezolanos prosternados y sin independencia alguna frente a los equívocos del gobierno nacionalista; el inaceptable culto de la personalidad presente en una mayoría revolucionaria; la improvisación y caricatura de los “marxistas legales” en relación al marxismo y el leninismo, con la vista gorda de un conjunto que ahora tras la apretada derrota del si -estrecha pero derrota al fin- busca el correspondiente chivo expiatorio para evadir las responsabilidades propias, influyó también en el voto castigo de las masas.
Nada dicen estos camaradas por ejemplo, de la incidencia en dichos resultados de los dobles discursos sobre el Socialismo, según los escenarios, de patriotas y marxólogos ganados por el pragmatismo, de su caricatura para amoldar la teoría y la crítica comunista al pragmatismo electoral empleando los viejos argumentos reformistas, mil veces oído a los renegados del MAS en los años setenta, acerca de los nuevos tiempos, de la revolución inédita, del “Socialismo a la venezolana” y a la vuelta de la esquina, de la revolución pacífica y democrática a lo venezolano y otros inventos, otras ridiculeces socialistas de aquellos papanatas del oportunismo de izquierda, que hoy refrescan algunos jefes chavistas.
La educación política y la organización de masas, que es una tarea de principios de los socialistas y comunistas, por desidia o por el pretexto de no “quebrar la unidad”, quedó al cuidado si no de los escaladores e infiltrados de la “cuarta”, entonces de los escaladores medios “del partido” o de la burocracia militante “de abajo”, que dicho sea de paso, es tan terrible como la de “arriba”. En su mayoría empíricos de la revolución con aires de próceres de la independencia, nombrados a dedo ya por el partido de gobierno, ya por las alcaldías o las instituciones del Estado, cada uno compitiendo con el otro, a costa de los militantes y cuadros legítimos de las zonas y sindicatos.
Esto indujo una mentalidad triunfalistas de las masas, un formalismo de marchas “rojas rojitas” inflamadas de un espíritu liberal, gente creída de que una revolución socialista contra el enemigo más poderoso y sanguinario de la humanidad del siglo 21, el Imperialismo anglo-norteamericano, es asunto de cocer y cantar, que para ello basta ir a la avenida Bolívar dos veces al año a pegar algunos gritos, bailar las canciones de Alí Primera y tomar cerveza.
Pero la mentalidad triunfalista frustrada puede conducir a su vez, a la desmoralización y el escepticismo, que son precisamente las condiciones que necesita el Fascismo para crecer en medio del proceso, por eso los publicistas de la derecha ¡y no hablamos solo de la ultraderecha externa, sino de la interna, del nacionalismo burgués y el reformismo!, que aprovecha la oportunidad para arremeter contra la viabilidad del Socialismo gritando ¡es extemporáneo! achacándole la causa de la abstención y el no.
Más de un destacamento socialista-comunista ha sido pues, victima del “triunfalismo” y del democratismo pequeño burgués que crece en nuestras propias filas, como consecuencia de un desastroso pragmatismo y una confusión ideológica que no sabe diferenciar entre la táctica proletaria precisa y justa y el tacticismo electoral, entre las consignas nacional-democráticas y las consignas socialistas.
En las entrañas de las organizaciones comunistas y socialistas, de los marxistas en general, ha ido tomando forma el viejo y nefasto etapismo de los años 57-60, que echó por la borda las condiciones del cambio revolucionario de la época y abrió las puertas a los aventureros foquistas, encabezados entonces por Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez y otros bandidos que luego fundaron el MAS.
Etapismo que ayer fue arrastrado por el democratismo representativo de los socialdemócratas y hoy por el revolucionarismo nacionalista partidario del capitalismo nacional; desviaciones liberales activas dentro de la dinámica de lucha de clases, que impide a los socialistas-comunistas colocarse a la vanguardia de la clase obrera, ponerse al frente de las luchas populares y desarrollar a fondo el partido de clase y el programa de los socialistas revolucionarios, premisas éstas, sin las cuales el proceso revolucionario venezolano jamás avanzará hacia el anticapitalismo que tanto se pregona. Este desorden también acarrea desorientación y desinformación en las masas.
En fin, muchos camaradas han perdido el norte, extravían su papel de dirección proletaria, carecen de autonomía embrujados por los discursos radicales del Nacionalismo, no saben diferenciar entre el Socialismo y el Nacionalismo, ignoran en los hechos el papel de la clase obrera pero sobreestiman el papel del “Capitalismo Nacional”, no pueden diferenciar incluso las contradicciones inter-burguesas deslizando una confusión descomunal en las masas y también en las tácticas electorales.
Esto es precisamente el quid del etapismo, una desviación de derecha en lo interno, que termina empujando las vanguardias históricas encargadas de apuntar la lucha política hacia el Socialismo, a la cola y retaguardia de los partidos nacionalistas, de los socialdemócratas y de los frentes patrióticos coyunturales, que fortalece a los oportunistas venidos “de la izquierda” o venidos del Nacionalismo burgués, cuya propaganda se basa ahora en acusar de sectarismo, de dogmático y de prisionero de las viejas formulas marxistas a los socialistas revolucionarios que instan a reconocer la lucha de clase, la defensa de la clase obrera como fuerza motriz de la revolución, la vigencia del partido y el programa proletario.
He aquí causas que igualmente tienen que ver ¡y mucho! con los resultados del 2 de diciembre. Que a nuestro entender, no indican atraso sino más bien una mayor madurez política en el seno de los partidarios socialistas del sí y de la abstención, camaradas que en general son del proceso revolucionario con diferencias más bien tácticas que ideológicas.
1) Como tarea general del movimiento revolucionario y en especial de la clase trabajadora, redoblar los esfuerzos para la unificación y desarrollo del partido clasista, centralizar el partido de cuadros sumergido a fondo en las luchas populares y sus organizaciones reivindicativas y políticas. A tal fin, impulsar alianzas y acuerdos fraternos entre las diversas organizaciones marxistas, para adelantar objetivos comunes como la elaboración de un programa socialista y antiimperialista que sirva de plataforma general del proceso revolucionario; entrar con fuerza al corazón del movimiento obrero y de las masas para la construcción de un poder popular concreto y autónomo. Convertir estas tareas en tarea política central de la clase obrera avanzada tanto del campo como la ciudad.
2) Entendiendo que el poder popular no es una acción que depende de la legalidad burguesa, sino de la fuerza obrera y comunal políticamente organizada, el movimiento revolucionario el pueblo explotado y oprimido, no necesita permiso legal alguno para su construcción y desarrollo.
3) Estos poderes serán la base de apoyo real del Socialismo revolucionario y la liberación nacional en Venezuela. Los comunistas y marxistas en general, tenemos la obligación histórica de construir, politizar y orientar la organización y autonomía de dichos poderes, utilizando como palanca estratégica el programa proletario, introduciéndolo en el interior desarrollo de las organizaciones desarrolladas por el pueblo: círculos bolivarianos, mesas técnicas, comités de tierra, consejos comunales etc.
4) Proponemos que por su auto-reconocimiento como organización revolucionaria poli-clasista, el PSUV se transforme en un frente amplio de lucha nacional antiimperialista, donde quepan los sectores comprometidos con la liberación nacional, la independencia antiimperialista y el cambio social.
Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)
Diciembre 2007-enero 2008
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