17 de diciembre de 2008

Quién Es Quién y Para Dónde Vamos?

La coyuntura actual tiene enfrentados a los sectores de las clases dominantes, sectores que luchan por imponer sus propias visiones en el Estado, unas veces en pugna y otras veces en complicidad. Ambos, sin embargo, siguen el viejo camino reformista de la re-estructuración y la re-composición del viejo Estado burocrático y burgués.

Por un lado, la burguesía burocrática y emergente plantea un programa de mayor intervención del Estado con propuesta de una economía mixta con capitales privados y extranjeros, buscando re-impulsar el capital monopolista estatal; promueve desde el Estado la “participación de la masas” mediante el circo electorero; se presenta como anti-imperialista yanqui de palabra a la vez que coquetea con otros imperialismos proponiendo cambio de bastón de mando.

Por otro lado está la burguesía tradicional; que prefiere una mayor relación con EE.UU. sin dejar de lado a las demás potencias imperialistas, aplican una fuerte liberalización de la economía aceptando a rajatabla los dictados del imperialismo yanqui y promueven el parlamentarismo, aunque cuando no les sirve lo desconocen.

Ambas facciones se enfrentan en estos momentos en todos los escenarios de la lucha política en el país, la burguesía burocrática y emergente que propone alternativas para que cambie todo sin cambiar nada y la burguesía tradicional que lucha con todo por salir del “régimen”. Lo que está claro en todo esto es que estas contradicciones entre la burguesía burocrática y emergente y la burguesía tradicional se volverán a dar y se seguirán dando mientras que uno no extermine al otro.

Es cierto también que la pugna se da principalmente en el ámbito de la superestructura, aunque no exclusivamente, de allí que no se está tocando lo esencial del régimen de la propiedad privada de los medios de producción, no se está tocando la esencia del sistema capitalista y su régimen de acumulación, pareciera más bien que sólo se busca disfrazar mejor la explotación. Destacamos que ambos sectores sólo quieren demostrar que la democracia burguesa puede solucionar los problemas del país, que basta la “inclusión” para acabar con la pobreza y la explotación, negando que la esencia de dicha explotación es precisamente el sistema capitalista y la propiedad privada de los medios de producción que tanto protegen; en esencia, buscan legitimar nuevamente al Estado burgués y su estructura putrefacta.

De ahí que toda propuesta de ambas partes se da en medio de esta contradicción, en los medios, en la calle, en las urnas electoreras a través de las alcaldías pasando por las gobernaciones y terminando en sindicatos o cualquier otra “representación popular” con tal que sirva a los intereses de una u otra facción.

Ante todo esto, cabe la pregunta: Quién es quién y para dónde vamos?