3 de agosto de 2008

El Kautskismo Enmascarado del Siglo XXI



Con el pretexto de la "globalización'' y del "neo-liberalismo", los reformistas y neo-revisionistas no hacen otro que ocultar sus falsas pretensiones al enmascarar las absurdas teorías del renegado Kautsky. Esto no es nuevo, es una tramoya completamente análoga a la montada por los entreguistas cuando tratan de exaltar a cualquier loco en contraposición a Marx: es decir, cambian a los padres del socialismo para separarlos del proletariado y reconducir a éste al arroyo de la ideología liberal burguesa, aunque esta se autodenomine descaradamente de "izquierda'' o "socialista".

¿Qué hay de "nuevo'' en la así llamada "globalización'', con respecto a cuanto ya Marx y Engels han desvelado de las leyes del capitalismo y Lenin de su fase superior, el imperialismo? Nada, sino la velocidad y la dimensión planetaria que se hacen posibles por los aumentados medios económicos, tecnológicos y militares a raíz del colapso del bloque soviético. Hoy, esas "leyes de desarrollo" que se manifiestan, fundamentalmente tienen el mismo origen de las que existían cuando nació el capitalismo, finalmente transformado en imperialismo: la búsqueda del máximo provecho por la explotación del hombre por el hombre, la despiadada competencia entre capitalistas y entre los Estados y las potencias imperialistas que persiguen con todos los medios el saqueo y el chantaje de las naciones y los pueblos sumisos. Así es que con esa visión, los reformistas y neo-revisionistas no hacen más que borrar y negar las contradicciones imperialistas para adormecer al proletariado en la conciliación de clases.

Por eso, ante las teorizaciones de molde kautskista de los reformistas y neo-revisionistas según la cual la "globalización'' tendería a absorber las naciones en un así llamado "Gobierno Mundial Unipolar'' (expresión directa del mercado y de las multinacionales), se le debe responder con argumento de peso político e ideológico, a saber:

Entiéndase que mientras cada país imperialista defiende los intereses de las multinacionales y de los capitalistas, ellos tratan de aventajarlos con respecto al resto de los competidores, es por eso que todos trabajan para definir en "consenso" un tratado internacional que someta económicamente a los países capitalistas más débiles. Esas son las leyes y acciones coercitivas del capital, del imperialismo y del mercado que finalmente determinan la política de los Estados y de los gobiernos burgueses con los reformistas a la cabeza. Sin embargo, esto no quiere decir, como sustentan ciertos "teóricos" burgueses, reformistas y neo-revisionistas, que en la "era de globalización" los Estados y los gobiernos nacionales vengan a perder todo su poder y que este poder le pertenecerá a las instituciones internacionales económicas y financieras. Es cierto que el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, y la OMC entre otras tienen un peso relevante en los asuntos del imperialismo y del mercado mundial, además de condicionar enormemente las políticas de los Estados nacionales, pero no hasta el punto de anular o reducir a lo mínimo el poder político y económico de los Estados individualmente; sobre todo si esos Estados se llaman EE.UU., UE y Japón, hoy y mañana.


Ahora bien, la matriz reformista y neo-revisionista con máscara kautzkista asume dos posiciones prácticas algo aberrantes:

Por una parte (en el plano nacional), sobre la base asumida que al no existir más la "burguesía apátrida" no existirán tampoco las luchas por el poder; es decir, la "emancipación" por la disolución de la lucha de clases (hasta hablan de "rescatar el socialismo'' en los corazones burgueses, por eso le ofrecen 1.000.000.000 US$ en bandeja de plata) basados en el modelo de la Internacional Socialista.

Por otro lado (en el plano internacional), sustentan la superación de la práctica de las relaciones internacionales basadas sobre discriminaciones ideológicas, llegan incluso a teorizar relaciones con todos los partidos y gobiernos reformistas, neo-revisionistas y hasta fascistas del mundo (con la Colombia uribista y la España franquista, por ejemplo), lo que viene a crear una actitud chauvinista y dizque "socialista" al servicio de las mismas burguesías capitalistas y fascistas.


En la otra orilla, la izquierda revolucionaria debemos comprometernos en rescatar y profundizar la teoría marxista-leninista por el verdadero socialismo, contraponernos a la locura que defiende la conciliación y los pactos con la burguesía...

De nosotros depende hundirnos en el foso reformista o surgir victoriosos de la lucha de clases que debemos declarar por el socialismo real.