16 de marzo de 2008

Caso SIDOR: Es Ahora o NUNCA!

El infame acuerdo de la Tripartita (o “Trimaldita” como se le conoce) durante el último gobierno de la 4ta, queda en pañales comparado con el actual pacto entre los sindicaleros neo-adecos, los patronos y los reformistas donde sobra politiquería barata de tres y cuatro lochas.

En estos momentos, cuando los camaradas trabajadores de SIDOR, como clase obrera consciente de su papel protagónico como motor de la historia, se juegan la vida por un cambio revolucionario serio y verdadero, la política represora hacia ellos da pena ajena.

Parece increíble que hoy en día el gobierno no intervenga sino como órgano represor y en cuanto al conflicto real sólo se hace de la vista-gorda por salvaguardar sus intereses con la bi-polar Cristina Kirchner y su combo de empresarios y banqueros sionistas. Nada queda por envidiar a la actitud de sangre, sudor y lágrimas de los gobiernos de AD y COPEI en la reestructuración y discusión de las justas reivindicaciones obreras a nivel nacional.

Los despidos por motivos políticos son la orden del día en SIDOR y por si fuera poco, ahora llevan el sello del plomo represivo que provoca una especie de rotura generalizada y de masa entre los viejos sindicatos y el conjunto de los trabajadores, evidenciado un grave problema de democracia y encarnación popular.

El hecho es que la UNT y la FTB (“bolivarianas”, entre comillas), al igual que la CTV (adeca) ya plenamente homologadas al capitalismo y al reformismo dominante, ya no escuchan las solicitudes de los trabajadores, ya no consultan la voluntad de los trabajadores ni antes ni después de la firma de los acuerdos, no tienen finalmente ningún consenso con la base proletaria, por eso pasa lo que pasa.

La UNT y la FTB, como hacía la CTV, tratan y cierran los contratos sin tener el mandato de los trabajadores gracias al monopolio de la “representatividad” 4ta republicana que le es concedido por el Estado, sancionado en el art.19 de la ley 300/70 del Estatuto de los Trabajadores apoyada y respaldada por el actual ministro del trabajo “troskista”, ahora reformista. En SIDOR específicamente, como ejemplo, en muchos años no se ha podido renovar los Consejos Laborales por las prohibiciones puestas por ésta o aquella confederación, eso sin contar las manos peludas de siempre.

Frente a la apremiante solicitud de los trabajadores por un cambio radical, ellos han dicho basta y rechazan la “auto-reforma” sindical de corte neofascista y neoliberal en concomitancia de la “reforma” electoral uninominal y de las “reformas” institucionales de tipo gremialistas, eso sin contar las reivindicaciones nunca canceladas o burladas. En este marco, han salido a la calle… ¿Resultados? ¡Plomo parejo por parte del Estado!

¿Hasta qué punto hemos llegado? Estas confederaciones sindicales gobierneras y patronales (UNT y FBT) han hecho su tiempo, están podridas… Por lo que son irreformables según las exigencias de los trabajadores. Ahora los obreros deben contar con el apoyo y la participación popular para escribir juntos una nueva página en la historia del sindicalismo en Venezuela, de hacer elecciones atrevidas y previsoras, además de adelantar propuestas adecuadas y radicales en el cambio sindical solicitado por los trabajadores, incluyendo la toma y control obrero de las fábricas e industrias.

En ese sentido, ya los camburistas han hablado y expresado su punto de vista: El actual ministro “troskista”, y ahora reformista, ha dicho que, cito: “esos trabajadores son parte de un ‘grupito’ violento que no quiere la paz y que está a favor del golpismo y la desestabilización para favorecer el imperio” (sic).

¿A qué le teme el ministro?, ¿por qué miente descaradamente?

Para nosotros los revolucionarios, todo el poder sindical y contractual de los trabajadores tiene que ser ejercido sobre todo por Asambleas Generales y no por cúpulas mafiosas designadas a dedos (cualquier parecido con el PSUV es mera coincidencia). Eso sería democracia directa en campo sindical, es allí donde las trabajadoras y los trabajadores deben discutir los problemas, comparar las ideas, asumir decisiones, aprobar o no las plataformas y los acuerdos con voto patente y abierto; En las Asambleas Generales sus voceros más capaces y combativos deben ser seleccionados y revocados cuando no estén a la altura de la confianza de los trabajadores.

El método de la democracia directa, participativa y protagónica tiene que ser acatado en todas las decisiones sindicales para que sea revolucionaria de verdad, no trapitos calientes. Ya no es tolerable que grupos estrechos de “ejecutivos sindicales” decidan arbitrariamente y sobre la cabeza de los interesados, de firmar contratos y acuerdos, a menudo de gran alcance como aquellos sobre la desregulación del mercado del trabajo, el trabajo juvenil, los sueldos y la escalera móvil, los niveles de contratación y otros.

Innegablemente hasta que no se fortalezcan sindicatos obreros clasistas y populares, es decir, marxistas, no será posible y oportuno avanzar el la construcción del socialismo.

Hoy invitamos nuevamente a las trabajadoras y los trabajadores de todo el país, pero sobre todo a las obreras y obreros, a examinar, a discutir y a hacer propia la propuesta de los compañeros de SIDOR y a abrir un amplio debate nacional en los sitios de trabajo sobre el tema de la representación sindical y sobre cómo continuar la lucha contra el reformismo y sus aliados patronales para que el poder sindical y contractual esté efectivamente en sus manos. Eso sí, sin descuidar la lucha por la defensa de los sueldos, la salud, las jubilaciones, los servicios sociales, los derechos a la contratación colectiva, pero más en general a la lucha contra el sistema de explotación capitalista y el reformismo que lo prevalece…

El llamado es uno solo que debe retumbar en todos los oídos proletarios del país: ¡VENCER!

A buenos entendedores, pocas palabras…

Para que no sea sólo un lema, sino una realidad, hoy más que nunca:
PATRIA, SOCIALISMO o MUERTE!
VENCEREMOS!

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