4 de abril de 2009

El "Turquito" Oportunista

Quienes tuvimos la suerte de ver al aprovechado Raymundo Kabchi haciendo maromas en el filo de la navaja adeco-copeyana, casi nos provoca risa cuando hoy se mienta sí mismo de “revolucionario”. Con su típica sonrisa de “yo no fui”, este sujeto vividor de cuanto gobierno de turno haya habido en Venezuela desde 1958, no puede ocultar su férrea orientación de corte nasseriano del chauvinismo derechista más rancio del Medio Oriente. Como es bien sabido, resulta que cambió el retrato que tenía de CAP en su oficina por el del Pte. Chávez, exhibiendo de ese modo, una de las tantas imágenes grotescas relacionadas con uno de los aspectos negativos del ser humano: el oportunismo.

Claro que no todos los que asumen la postura oportunista tienen iguales razones para hacerlo. Las motivaciones que asisten al “turco” para realizar estas alegres demostraciones, entre otras, no son las mismas que mueven a muchas otras personas a jugar un papel similar en sus respectivas clases sociales. Dentro de estos círculos giran los diferentes tipos de oportunistas, cada uno en su órbita clasista, pero integrantes todos de la gran comparsa de aduladores y simuladores que cuentan con un común denominador: la doble moral, que algunos catalogamos mejor como falta o ausencia total de moralidad.

Hace apenas pocas horas, pudimos escuchar a Raymundo Kabchi “traducir” del árabe al castellano la entrevista que le hicieron al Pte. Chávez en al-Jazeera. Este sujeto tratando de evadir con cautela la correcta traducción de algunas preguntas delicadas, también tuvo la osadía de “regañar” o “corregir” al Presidente en varias ocasiones. Para los que hemos analizado esa entrevista, la participación de Kabchi bien pudo representar la activa participación de todos los estratos del oportunismo reaccionario: ¡Quedar bien con dios y con el diablo! Pero quien conozca la realidad que provoca este tipo de “participaciones espontáneas”, sabe que esto forma parte de la máscara tras la que se disimulan aquéllos que quieren de alguna manera seguir gozando los privilegios que disfrutaban en el pasado y que ahora sólo aprovechan unos cuantos que se dan golpes de pecho hipócritamente.

Recordemos que este señor era también el “mejor amigo y asesor particular del mundo árabe” de CAP. Sus propuestas siempre iban en una gama que comprendía desde la amistad lejana, hasta el apoyo superfluo según sus intereses personales: por la plata baila el mono. Negocio petrolero, mujeres, aviones, hoteles, lujos y relojes podían ser encargados por Kabchi a cualquier pseudo-dictador árabe, bien fuera de sangre azul o roja-rojita. Para él, lo que importaba era que existiera dinero en su bolsillo, muy lejos estaba y está aquello de “amor a Venezuela”.

Para muestra un botón. En una de las recientes marchas memorables en condena al genocidio sionista en Gaza, se vio pasar a Raymundo con una bufanda alusiva al heroico pueblo palestino, mientras coreaba enérgicamente el cese de los ataques. Muchos fueron los desfiles y las entrevistas que contaron con la presencia protagonista de Raymundo, quien posteriormente hacía todas sus evoluciones con la consigna que indicaba el eslogan del día que mejor pagara. La verdad es que las palabras contradictorias de un pasado y un presente no significan gran cosa para Raymundo, lo importante es seguir manteniendo una imagen que le dé las garantías mínimas para seguir ejerciendo su gestión de filibustero. Varias veces hizo declaraciones que hoy desmiente sin descaro o más bien ahora las cambia por otras totalmente opuestas para dejar sin efecto aquello que pudo ser interpretado como “reaccionario”. Siempre se hace presente o se auto-invita en cursos y talleres por encargo y en la programación de actividades con trasfondo “ideológico” para obtener alguna concesión de viajes y viáticos verdes-verdecitos, además de muchos otros privilegios.

Por eso nada debe extrañarnos sobre la actitud, gestos y manifestaciones de aquéllos que de vez en cuando ven saltar la culebra en el monte. Algo está claro, unas declaraciones favorables pueden deberse a una sincera simpatía por el Proceso de Cambios que vive Venezuela, pero sin lugar a dudas, detrás de la mayor parte de ellas pueden esconderse intenciones de todo tipo, incluyendo las que para su justificación esgrimen doctores, profesores, sesudos analistas y cuanto pequeño-burgués arribista que pretenda obtener el pedazo de la tajada que le toca. ¿Quién sabe? De repente Raymundo Kabchi todavía conserva el viejo retrato de CAP debajo del colchón, uno nunca sabe…

1 comentario:

Ñer0 dijo...

Triste comparsa de oportunistas se montan sobre los deseos de libertad de los pueblos..........

Un placer leerlo de nuevo camarada.